Madama Butterfly de Puccini, emocionará nuevamente Peralada

Madama Butterfly, una tragedia japonesa tal como definía el propio Giacomo Puccini su ópera, es el título operístico escogido para la 31 ª edición del Festival Castell de Peralada. En coproducción con la Deutsche Oper Am Rhein de Düsseldorf-Duisburg, esta ópera firmada por Joan Anton Rechi, con escenografía de Alfons Flores y vestuario de Mercè Paloma, se estrenó el 4 de febrero en la Deutsche Oper Am Rhein de Duisburg (Alemania), y llegará a Peralada las noches del 7 y 9 de agosto en el Auditorio Parque del Castillo.
Para la ocasión, y como ya es habitual en el Festival de Peralada, la propuesta contará con un reparto vocal excepcional: la soprano Ermonela Jaho encarnará la frágil y emotiva Cio-Cio-San; el despiadado B.F. Pinkerton será interpretado por el tenor Bryan Hymel; el cónsul de EEUU en Nagasaki, Sharpless, será Carlos Álvarez; y la mezzosoprano Gemma Coma-Alabert, pondrá la voz a la fiel sirvienta Suzuki; todos ellos acompañados por las voces del Coro del Gran Teatro del Liceo. La parte musical correrá a cargo de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa bajo la batuta del reconocido maestro Dan Ettinger, quien debutará en España con esta producción.
Esta no es la primera vez que Madama Butterfly, uno de los títulos más famosos del repertorio clásico, llega al Festival de Peralada. En 2004, el británico Lindsay Kemp firmaba una propuesta donde la voz de la soprano Cristina Gallardo-Domâs interpretaba a la más sentimental de las heroínas de Puccini. Más tarde, en 2006, el coreógrafo y bailarín, Ramon Oller, estrenaba en Peralada su particular Madama Butterfly, donde los bailarines masculinos asumían los roles femeninos, y donde las bailarinas interpretaban los roles masculinos.
Este 2017, un equipo artístico catalán, capitaneado por el director de escena Joan Anton Rechi, presentan una renovada Madama Butterfly. Rechi nos presenta una propuesta turbadora y emocional ubicada en el poético universo de la destrucción. La narración, ubicada en el período más oscuro de la ciudad de Nagasaki durante la II Guerra Mundial, convierte la tragedia que afecta a la propia protagonista femenina, inmersa en la desolación, en una tragedia también colectiva, que afecta a todos los personajes de la historia.