SERRAT BRINDA UNA ÚLTIMA NOCHE

SERRAT BRINDA UNA ÚLTIMA NOCHE

El cantautor catalán ha actuado por última vez en el festival en el inicio de gira de despedida. Es el artista que más veces ha actuado en Peralada, en 19 ocasiones, y recibió la Medalla de Honor en 2011.

 

Peralada, 16 de julio de 2022

Joan Manuel Serrat ha brindado una última noche para la historia cuyo concierto ha marcado el inicio de la última gira del cantautor por España. Con El vicio de cantar, 1965-2022 el artista se despide de los escenarios después de actuar en diecinueve ocasiones en Peralada, convirtiéndose así en el artista que más veces ha actuado en él. Serrat se ha despedido del festival con una gran noche de emociones a flor de piel, recuerdos y grandes ovaciones después de agotar entradas hace ya muchas semanas.

 

El auditorio del Parque del Castell ha recibido a Serrat con un gran aplauso emotivo, de agradecimiento sincero y sentido. El artista ha querido empezar el concierto con Temps era temps, una declaración de intenciones de lo que pasaría en Peralada durante la velada. Al terminar ha dirigido las primeras palabras al público expresando la alegría de estar aquí y el agradecimiento a los espectadores por haberle acompañado tantos y tantos años. "Esto es una despedida, pero sobre todo es una fiesta que hemos querido compartir con ustedes" ha manifestado el cantautor, y ha añadido "esta noche, dejamos aparte las melancolías y nostalgias, porque sólo nos queda el futuro".

 

El reconocido cantante catalán ha arrancado la noche con Canço de bressol, pieza que habla de los años de la posguerra y quiere ser un homenaje a su madre, El carrusel del furo, que escribió por su abuelo republicano fallecido en la Guerra Civil, la trágica copla Romance de curro de palmo y Señora, con la que ha subido el ritmo al auditorio haciendo cantar al público, que le ha premiado con un gran aplauso.

 

Los asistentes al concierto de esta noche no han parado de aplaudir en ningún momento. Las ganas por ver al artista de nuevo en el escenario de Peralada se han notado y los silbidos y ovaciones no han faltado. Así también lo ha percibido el artista, que ha confesado "si no fuera por gente como ustedes yo no estaría aquí" mientras explicaba las verdades y las mentiras de los personajes de sus canciones.

 

Serrat ha continuado esta larga noche de más de dos horas de concierto con Seria fantástico, con Me’n vaig a peu ha cogido por primera vez la guitarra, hecho que ha sido reconocido con un sonoro aplauso, y No hago otra cosa que pensar en tí, que habla con ironía sobre el amor a escribir canciones, las crisis creativas y el paso del tiempo.

 

Tras presentar a los siete músicos que le han acompañado hoy en Peralada, el cantautor ha cantado Algo personal y La tieta, que en las primeras notas ya ha arrancado un sonoro aplauso y ha resultado ser una gran demostración del talento lírico del cantante.

 

El artista ha continuado recordando al poema Miguel Hernández, fallecido en una cárcel franquista en 1942. Las nanas de la cebolla fue uno de sus poemas más icónicos, además de los más duros, que habla del hambre que sufrió la su familia y las miserias vividas durante la guerra. Serrat ha aprovechado para explicar al público que Alberto Cortez puso música en el poema y le hizo un regalo enorme: "ofrecerme la canción para complementar mi trabajo sobre poemas de Miguel Hernández que publiqué en 1972", ha dicho. Antes de cantar la canción, ha recordado las famosas palabras de Pablo Neruda: "recuerda a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordáislo a plena luz, es un deber de España, es un deber de amor".

 

Para la libertad ha sido el siguiente tema escogido, que ha sido ilustrado en la gran pantalla que presidía el escenario con obras del anónimo grafitero británico Bansky. La canción ha precedido a uno de los momentos más especiales de la noche: la aparición en el escenario de la cantante israelí y buena amiga desde hace más de veinte años de Serrat, Noa, que acompañada de su guitarrista Gil Dor han interpretado el precioso bolero Es caprichoso el azar, recordando la primera vez que el cantante la invitó a subir al escenario con él, ofreciéndole una de sus primeras grandes oportunidades cuando sólo tenía 24 años. El cantautor la ha descrito como “absolutamente sólida e incorruptible” y ella le ha invitado a cantar Tu i jo, la canción que escribió por Joaquin Sabina, quien la adaptó al español, y con quien la ha interpretado en varias ocasiones. Antes de marcharse del escenario, la artista israelí ha querido agradecer la estima que siempre le ha profesado el cantautor leyéndole unas palabras que han acabado con un gran abrazo en medio de un sincero y emotivo aplauso del público.

 

Pese a mostrarse emocionado y sensible, Serrat se ha impuesto y ha continuado, ahora ya solo, con Cançó de matinada, que llegó a ser número uno de ventas en España en 1967, la mítica y bailable Hoy puede ser un gran día, y Los recuerdos. Con Padre, su clamor ecologista, el artista ha mostrado la esquina más crítica reconociendo que hace cincuenta años, cuando escribió el tema, “era muy grave y el paso del tiempo ha confirmado que es urgente tomar decisiones duras pese a que quienes deberían tomarlas parece que no tengan ninguna prisa”. "Padre deja de llorar que nos han declarado la guerra" sentenciaba la última estrofa de la canción mientras en el auditorio del Parque del Castillo se proyectaba una fotografía del conflicto ucraniano.

 

Serrat ha puesto en marcha con Mediterráneo el último bloque de canciones con las que el público no ha podido contener las ganas de levantarse de la silla. Cantares, que es la canción que toma varias estrofas de los versos del gran poeta Antonio Machado, ha servido para despedirse por primera vez del público con todo el auditorio de pie, que no ha parado de jalearle hasta que ha vuelto a salir dispuesto a ofrecer los esperados bises, no antes sin agradecer al Festival Castell de Peralada, donde hoy ha actuado por decimonovena vez, y muy especialmente a Carme Mateu, su gran amiga a la que ha recordado con la voz entrecortada, así como también a Paco Fontanals, que fue director técnico de escena durante muchos años

 

Reivindicando sus raíces ha cantado El meu carrer, canción que homenajea a la calle Poeta Cabanyes del Poble Sec, donde nació. En el último tramo también ha cantado la largamente reconocida Aquellas pequeñas cosas y Fiesta, canción que la censura franquista prohibió en 1970 pero que publicó, en versión original, en algunos países de América latina. Y finalmente ha hecho cantar en todo el auditorio Paraules d’amor, la gran balada íntima y empapada de nostalgia, icono de la trayectoria de Serrat, que el público ha esperado toda la noche.

 

El vicio de cantar, 1965-2022 es el nombre de su última gira, con la que Serrat se despide personalmente del público con el que ha compartido vida y canciones durante más de medio siglo. El primer concierto fue en Nueva York, en el Beacon Theatre el pasado mes de abril, ya lo largo de estos meses pisará ciudades españolas y de Sudamérica como Buenos Aires, Montevideo o Santiago de Chile. El adiós definitivo será en el Palau Sant Jordi el 23 de diciembre.

 

Joan Manuel Serrat fue invitado, por primera vez al Festival de Peralada en 1982, en plena gira de su Antología Desordenada. Aquí ha repetido en solitario en varias ocasiones, así como acompañado de Ana Belén, Miguel Ríos, Víctor Manuel, Orfeó Donostiarra o Joaquín Sabina. En 2011 recibió la Medalla de Honor del Festival de la mano de su íntima amiga Carme Mateu, en ese momento la segunda medalla que entregaba el festival, después de la primera en Montserrat Caballé.