UN SENTIDO HOMENAJE A VICTORIA DE LOS ÁNGELES

UN SENTIDO HOMENAJE A VICTORIA DE LOS ÁNGELES

Peralada, 1 de agosto de 2023

En agosto de 1989, la soprano barcelonesa Victoria de los Ángeles actuó en la iglesia del Carme de Peralada, en el marco de la tercera edición del festival. Interpretó un monográfico de chanson francesa, tal y como recuerda su biógrafo, el musicólogo y periodista Pep Gorgori en el programa de mano. Fue la única actuación de la soprano en el festival, pero dejó una impronta imborrable, con Manuel García Morante acompañándola al piano, como casi siempre. Entonces, con 65 años, Victoria de los Ángeles ya era una figura de referencia en el mundo de la lírica, con una potente proyección internacional. Sigue siéndolo y es por eso que el festival ampurdanés hoy ha sido una gran fiesta, ya que se ha conmemorado el centenario del nacimiento de Victoria de los Ángeles con un recital construido a tal efecto por el pianista Rubén Fernández Aguirre y la soprano Núria Rial , una cantante de voz exquisita y técnica depuradísima.

El concierto, ideado por Rubén Fernández, quien propuso a Rial el proyecto, lleva por título Cantar del alma, que es también el título de la canción de Frederic Mompou con la que han abierto la velada. Para componer esta pieza, Mompou partió del poema Cantar del alma (Aunque es de noche), de San Juan de la Cruz. Los dos intérpretes han ido enfilando las piezas joya a joya, de forma delicadísima con una emoción profunda, para acabar formando un mosaico realmente bello. Composiciones del propio Mompou, de Campra, Cesti, Scarlatti, Schubert, Mendelssohn, Brahms, Goundod, Faure y Ravel se han sucedido en la primera parte y en la segunda, dedicada íntegramente a la música catalana y española, han interpretado piezas de Vivancos , Granados, García Morante, de nuevo Mompou, Montsalvatge, Guridi, Halffter y Toldrà.

El público que ha asistido al recital ha podido viajar, gracias a la luminosidad vocal y la naturalidad del canto de Núria Rial, por el universo de Victoria de los Ángeles, en el que ha sido un abanico variado de géneros de la música vocal de diferentes autores y épocas. A la introducción del concierto con Mompou, le han seguido arias del barroco francés e italiano –Rial es una voz paradigmática actualmente en lo que se refiere a esta etapa- de compositores como André Campra (Charmant papillon), renovador de la ópera francesa y director de la ópera de París, Antonio Cesti (Intorno all´idol mio), también cantante profesional, de un estilo compositivo muy delicado, o Alessandro Scarlatti (Le Violette), clavecinista y compositor del oratorio La Giuditta.

Un bloque de lied romántico con las piezas An Sylvia (Franz Schubert), Auf Flügeln des Gesanges (Felix Mendelsshon) y Vergebliches Ständchen (Johannes Brahms), han dado paso a la Marché funébre d’une marionette (Charles Gounod), una pieza muy popular, originalmente compuesta para piano y posteriormente adaptada por el propio Gounod para orquesta, que se mueve entre el carácter serio de un funeral y el humorístico que representa una comparsa de títeres acompañando al muñeco difunto. Fernández le ha sabido encontrar el punto paródico justo en la interpretación de la pieza, que el público ha degustado con fruición. La primera parte ha finalizado con la interpretación de dos chansons francesas, la alegre y juguetona Mandoline (Gabriel Fauré), que casi ha tintineado, y Kaddish, incluida en la obra Déux melodies hebraiques (Maurice Ravel).

La segunda parte del recital era muy esperada por varios motivos. El programa, como se ha señalado, contenía íntegramente música catalana y española y una de las canciones, la primera, estaba basada en palabras originales de la propia soprano homenajeada. Ha sido la primera que han interpretado, Victoria, con música de Bernat Vivancos -estaba presente- y que se estrenaba en Catalunya. Vivancos es compositor y profesor de la ESMUC. La maja de Goya (Enric Granados) ha precedido a El Tra-la-lá y al punteado (Enrique Granados), una composición de una alegre musicalidad, casi un juego, que Rial ha interpretado con una suficiencia remarcable.

Entonces ha llegado uno de los momentos emotivos de la velada, cuando Rial ha cantado Mariagneta, una melodía tradicional catalana con una letra que habla de un dolor de amores y con un final con suspense, armonizada por Manuel García Morante, el pianista y compositor que acompañaba a Victoria de los Ángeles habitualmente, también en la única ocasión que actuó en Peralada. Siguió Vocalise por Victoria, que Frederic Mompou compuso pensando en Victoria de los Ángeles, pero de la que curiosamente ella no tuvo ningún conocimiento de su existencia y la partitura se localizó en la Biblioteca de Catalunya.

Punto de habanera ha sido la siguiente canción. Néstor Luján alaba la belleza de una jovencita mulata y Xavier Montsalvatge puso música al texto, incluyéndola en el ciclo Canciones negras. Rial lo ha interpretado con gracia y soltura. Después fue el turno de Vals de Mirentxu, un solo de piano de Jesús Guridi, que dio paso a los delicados reproches amorosos de la canción No quiero tus avellanas, incluida en la obra Seis canciones castellanas, también Jesús Guridi.

En esta segunda parte es cuando se ha visto a la Núria Rial más expresiva, a pesar de ser una intérprete bastante cerebral y extremadamente pulida, tal y como demandaba el programa, con el añadido de que las piezas que iba interpretando eran algunas de las más preciadas por Victoria de los Ángeles. Enfilando la recta final del concierto y profundizando nuevamente en los males de amor, ha sido el turno de la preciosa canción Ai, que linda moça, de Ernesto Halfter, un ánimo de los puntos álgidos de la velada. Han cerrado el programa previsto dos canciones de Eduard Toldrà: Madre, unos ojuelos vi y Cançó de comiat. La primera explica un desamor a partir de la metonimia de unos “ojuelos [...] verdes, alegres y bellos” con una fuerza sensacional, mientras que en la segunda Rial ha llevado la emoción del público a flor de piel mientras desgranaba los versos de Tomàs Garcés, de una capacidad de evocación tan enorme como la deL'emigrant, de Verdaguer, las Corrandes d’exili, de Pere Quart o los versos del pasaje de la muerte del Comte Arnau, de Sagarra. Los bises, que han incluido las canciones Clavelitos, de Gerald Moore, Azulao, de Jayme Ovalle y A chloris, de Reynaldo Hahn, han desinstalado cierta sensación del desconsuelo y nostalgia causado por la Cançó de comiat.

Al recital han asistido la Honorable Consellera de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Natàlia Garriga, el Director General de Promoció Cultural i Biblioteques, Josep Vives, la directora de la Fundación Victoria de los Ángeles, Helena Mora, el compositor Albert Garcia De Mestres y el compositor y director de orquesta castellonense Marc Timón.