Yoncheva y Jordi brillan con la zarzuela

Sonya Yoncheva y Ismael Jordi tiñen de talento y belleza la tercera velada del Festival Perelada 2024
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La soprano búlgara y el tenor andaluz, acompañados de Rubén Fernández al piano, han brillado en un recital dedicado íntegramente a la zarzuela
Peralada, 26 de julio de 2024.- La tercera velada del Festival Perelada 2024, la de hoy, será recordada por el talento y la belleza con que ha quedado totalmente impregnada, gracias al magnífico recital de zarzuela que han ofrecido por la tarde en la iglesia del Carmen la soprano Sonya Yoncheva y el tenor Ismael Jordi, acompañados al piano por Rubén Fernández.
Hace dos años que el público de Peralada descubrió a la soprano búlgara Sonya Yoncheva (Bulgaria, 1981), que hoy ha protagonizado un recital espléndido a dúo con el tenor andaluz Ismael Jordi (Jerez de la Frontera, 1973), que ha debutado en el festival, una cuenta pendiente que todavía tenía el ciclo ampurdanés. Ambos cantantes, acompañados al piano de forma brillante y consistente por Rubén Fernández Aguirre, han seducido al público que llenaba la iglesia del Carme del Castillo de Peralada con la interpretación de un programa dedicado exclusivamente a la zarzuela. La particularidad del recital de hoy ha sido precisamente este punto, ya que no es habitual escuchar a una gran estrella de la ópera internacional, como es Yoncheva, dedicando todo un concierto a este género que, pese a la relevancia que tuvo en nuestro país a mediados del siglo XX, ha sido injustamente menospreciado y olvidado. La idea de montar este concierto, con este programa, fue idea de la soprano búlgara, que ayer manifestó su profundo amor por España, su cultura y su lengua. Fue Yoncheva, también, la que convenció a Jordi y Fernández para participar en un espectáculo construido con mucha coherencia en cuanto al programa y talento, mucho talento, en cuanto a la interpretación.
Tal y como explica el periodista y crítico musical Pablo Meléndez-Haddad en el texto del programa de mano, el programa de hoy ha hecho “justicia a un género que llegó a ser fundamental para los creadores catalanes ya desde el Barroco. La escuela terminó de fundamentarse antes de la Guerra Civil, también respaldada por el teatro lírico catalán que tomó cuerpo a principios del siglo XX a la sombra del modernismo, y que se fue desarrollando en paralelo a la ópera y el teatro catalanes.” En definitiva, el Gran Teatro del Liceu y los teatros del Paralelo barcelonés, durante la primera mitad del siglo pasado, acogieron las diversas formas del teatro lírico español, pero el género fue menospreciado y cubierto por una capa de olvido a pesar de que en aquella época Martínez Valls hizo populares dos de sus obras maestras, Cançó d’amor i de guerra y La legió d’honor y de que el Liceu barcelonés acogería estrenos de obras del género zarzuelístico como El juramento o El Barberillo de Lavapiés, que compartían cartelera con otras piezas de auténtico sabor local como Els pescadors de Sant Pol, El Comte Arnau, La Santa Espina o Els estudiants de Cervera.
Sonya Yoncheva empezó su carrera cantando obras barrocas y durante su reconocida trayectoria ha incorporado títulos y personajes complejos como Norma, Floria Tosca o Mimì, pero también se ha interesado en el pasado en varias ocasiones por el repertorio español. La soprano búlgara le dedicó un concierto en el 2021 en el Teatro de La Zarzuela de Madrid y el año pasado invitó a Ismael Jordi a cantar en la Filarmonía de Sofía, en Bulgaria, el programa que han interpretado hoy, que contiene algunos de los romances y los dúos de zarzuela más representativos de los grandes maestros del género.
Yoncheva y Jordi se han ido alternando en escena. Ella ha abierto la velada con una pieza un punto nostálgica, "Noche Hermosa", de Katiuska, la mujer rusa, una opereta en dos actos que fue la primera obra lírica de Pablo Sorozábal (1897-1988). A continuación se ha escuchado en la iglesia “Paxarin tu que vuelas”, de La Pícara Molinera, de Pablo Luna (1879-1942), interpretando Ismael Jordi a un personaje con un punto de arrogancia que ha contrastado con la interpretación de la petenera “Tres horas antes del día”, una pieza de gran dificultad técnica que sirve a Valentina, la protagonista de La Marchenera, de Federico Moreno Torroba (1891-1982) para proclamar públicamente su amor y en la que Yoncheva ha brillado. El recital ha entrado en este momento en una especie de crescendo, porque Ismael Jordi ha atacado la pasión al límite de “Flor Roja”, de Los Gavilanes, de Jacinto Guerrero (1895-1951) y Yoncheva ha remachado el clavo con el profundo desconsuelo de “Lágrimas mías”, de El Anillo de Hierro, de Pedro Miguel Marqués (1843-1918). Para cerrar esta primera parte, Ismael Jordi ha interpretado “De este apacible rincón de Madrid”, de Luisa Fernanda, de Federico Moreno Torroba, que es una especie de compendio vital teñido de nostalgia, mientras que la última pieza ha sido el dúo “Todos lo saben”, de La tabernera del Puerto, de Pablo Sorozábal, que ha resultado un delicioso juego de seducción entre los dos intérpretes que, a medida que ha avanzado el recital se iban encontrando más cómodos, haciendo brillar sus voces cálidas, la belleza de sus timbres vocales y mostrando una intensidad escénica remarcable.
La segunda parte ha seguido un patrón similar, con la alternancia en la interpretación. Nuevamente ha abierto el fuego la soprano con una pieza muy popular, “De España vengo”, de El Niño Judío, de Pablo Luna que es una verdadera declaración de amor a la tierra. El desamor y la figura de la mujer fatal están presentes en la siguiente canción “Por el humo se sabe”, del genio catalán Amadeu Vives (1871-1932), que la incluyó en la zarzuela Doña Francisquita. La siguiente canción ha sido "Al pensar en el dueño de mis amores" también conocida como “Carceleras”, que hizo popular la zarzuela a la que pertenece, Las hijas del Zebedeo, de Ruperto Chapí (1851-1909). El programa, que ha continuado con los males de amor de “Bella Enamorada”, de Último Romántico, de Reveriano Soutullo (1884-1932) y Joan Vert (1890-1931), aún tenía que ofrecer unas sorpresas agradables al público. Hasta el final se sucedieron "No corté más que una rosa", de La del Manojo de Rosas, de Pablo Sorozábal, "Adiós Granada", de Emigrantes, de Tomás Barrera (1870-1938) y Rafael Calleja (1870-1938) y el gracioso dueto “Vaya una tarde bonita…”, de El Gato Montés, de Manuel Penella (1880-1939). En los bises, Yoncheva ha cantado la Habana de la Carmen de Bizet, mientras que Ismael Jordi ha cantado a Rossignol, de Le chanteur de Mexico, que ha dado paso para acabar a la interpretación, a dúo, de la popular Granada, de Agustín Lara.