La búsqueda de una voz propia de Acosta Danza

La búsqueda de una voz propia de Acosta Danza
  • La compañía del bailarín y coreógrafo cubano Carlos Acosta ha iniciado el camino de la búsqueda de voz propia con Folclor, un espectáculo con tres coreografías soberbias 

 

Peralada, 26 de julio de 2024.- El programa doble de hoy lo ha completado una visita muy esperada, un capítulo más de una bonita historia construida a base de lealtades mutuas entre el festival y el bailarín cubano Carlos Acosta. Éste ha hecho acto de presencia en el Festival Perelada por tercera vez, en esta ocasión sólo dirigiendo a su compañía en el espectáculo Folclor, que mañana (22h) repite función después del recital que ofrecerá la soprano Anna Pirozzi (19h) en la iglesia. El foco de atención se ha trasladado pues de la iglesia del Carme al Mirador del Castillo, donde el espectáculo prometía, según el bailarín, coreógrafo y director, mostrar la esencia de la compañía, lo que hace que ésta sea diferente en su camino en busca de una voz propia que la haga reconocible. El paso en esta búsqueda que han enseñado hoy los bailarines y bailarinas de Acosta Danza, de una juventud estallante, ha sido muy esperanzador. 

Folclor se divide en tres coreografías, fruto de la colaboración del talento local cubano, con el talento extranjero. La primera coreografía Paysage, soudain, la nuit, del bailarín, cineasta y coreógrafo sueco Pontus Lidberg, pionero en la mezcla de danza y cine, ha abierto la velada. Se trata de una pieza para 11 bailarines que realiza una celebración de la juventud entre el amanecer y el atardecer, sobre una partitura de Leo Brouwer -prestigioso compositor, guitarrista y director de orquesta cubano-, inspirada en la rumba. Ha sido poco más de un cuarto de hora de pura energía contagiosa y juego de piernas latino, listo para una música tradicional frenética. 

La segunda coreografía de la noche ha sido el dueto Soledad, obra del coreógrafo español Rafael Bonachela que sólo pudo ponerla en escena una sola vez. Se trata de una pieza elegante, sexy y emocionalmente cargada, una pieza eminentemente latina por lo pasional y que explora los lados salvaje y tierno de una relación. La coreografía de Bonachela tiene también una duración aproximada de poco más de 15 minutos, y profundiza en las raíces españolas del autor, aunque fue concebida a partir de la música de la cantante mexicana Chavela Vargas y del Hommage à Piazzolla, de Gidon Kremer. El dúo que lo ha interpretado ha subido el voltaje emocional del auditorio justo antes del descanso. 

Tras el descanso, la velada se ha concluido con Hybrid, una pieza para 9 bailarines de los coreógrafos cubanos Norge Cedeño y Thais Suárez, que ilustra la energía y la destreza de los bailarines a la hora de mezclar, sin que se noten las costuras, las tradiciones africanas de los yorubas con una danza esencialmente contemporánea. Hybrid, que tiene una duración de poco menos de media hora, está inspirada en el mito de Sísifo, que fue condenado a hacer rodar una roca inmensa montaña arriba, sólo para que rodara hacia abajo una vez se acerca a la cima, y a repetir esta acción durante toda la eternidad, sin darse nunca por vencido. Dentro de la misma coreografía se han podido distinguir tres partes, la primera sugería una especie de mundo distópico, con sus habitantes atrapados, hasta que parece que se liberan y entran en una especie de letargo, excepto dos, que interpretan un dúo magnífico de una calidad onírica. La tercera parte representa una cierta liberación y es donde más han sonado los ritmos yorubas, mientras que en las otras dos partes ha predominado la electrónica. Los coreógrafos han logrado crear un universo muy particular, en el que se confunde la realidad con la irrealidad y los bailarines, que representan el poder de la danza para lidiar con los retos cotidianos, tratan de alcanzar futuros imaginarios en una isla –metáfora sutil de Cuba- que revela sus misterios a medida que la noche avanza hacia el día. Mañana, a las 22h, en el Mirador del Castell, la compañía Acosta Danza volverá a ofrecer Folclor.