CAUTIVADOS POR CANTORÍA

CAUTIVADOS POR CANTORÍA

El de esta noche era un concierto esperado en Peralada. Después de participar en la primera Edición de Pascua del festival en 2023 con la interpretación de las Lecciones de Tinieblas de Tomás Luis de Victoria, volvía a la iglesia del Carme el conjunto vocal Cantoría, dirigido por Jorge Losana, cerrando un pequeño círculo. Esto es sinónimo de una altísima calidad musical, como ha quedado plenamente comprobado otra vez. Cantoría ha cautivado al público con una interpretación de la obra Membra Jesu Nostri, que se ha caracterizado por su pureza y profundidad emocional.

Estrenada en 1680, la obra Membra Jesu Nostri patientis sanctissima (literalmente, Los miembros sacratísimos de Jesús que sufre) es considerada la gran joya del repertorio vocal sacro de Dieterich Buxtehude (1637-1707), uno de los compositores más importantes del barroco alemán. Se trata de un ciclo de siete cantatas cortas, unidas por un mismo hilo temático: la meditación devota sobre el cuerpo de Cristo clavado en la Cruz. Cantoría ha sabido guiar a la perfección al público en este recorrido espiritual con una exquisita sensibilidad.

Una puesta en escena impresionante

El ábside de la iglesia el Carme ha sido presidido en todo momento por el Sant Crist Negre de Peralada, una imagen preciosa de dimensiones casi naturales del Cristo en cruz, que al inicio estaba cubierto por un tul translúcido de color rojo. Alrededor, los atriles de los cantantes y, una línea más atrás, los de los músicos. Cada cantata se centra en una parte del cuerpo de Jesús —los pies, las rodillas, las manos, el costado, el pecho, el corazón y el rostro— e invita al oyente a contemplar, con emoción y reverencia, el sufrimiento físico y espiritual de la Pasión. Este enfoque refleja una práctica de devoción muy extendida en Europa desde la edad media, consistente en imaginarse el cuerpo herido de Cristo como camino hacia la compasión y la comunión espiritual. Es en este camino que el conjunto vocal, acompañado de un conjunto instrumental formado por dos violines, viola da gamba, contrabajo, tiorba y órgano, ha hecho gala de una cohesión y un equilibrio excepcional para alcanzar una interpretación clara y emotiva. Después de cada cantata, uno de los miembros de Cantoría acercaba una vela encendida al crucificado, que ha acabado rodeado de las siete velas que correspondían a cada parte del cuerpo venerada y, en algunas cantatas, también se añadía alguna pieza de tela sobre la parte a la que hacía referencia el texto en ese momento.

A pesar de estar escrita en un contexto luterano, la obra se inspira claramente en modelos de devoción católica de carácter más emocional y meditativo, muy presentes en la Contrarreforma. Las fuentes textuales también reflejan esta mezcla: Buxtehude combina pasajes bíblicos con fragmentos de un antiguo himno medieval atribuido a Bernardo de Claraval o a Arnulfo de Lovaina, Salve mundi salutare , que da voz a los fieles en forma de plegaria o reflexión.

A nivel musical, Membra Jesu Nostri es una obra de gran belleza y equilibrio. Cada cantata sigue una estructura casi simétrica: empieza con una breve introducción instrumental, seguida de un fragmento coral con textos bíblicos, y tres arias más íntimas, a menudo para una o dos voces, intercaladas con pequeños pasajes instrumentales. Finalmente, se repite el coro inicial, cerrando así el círculo musical y espiritual.

La obra está escrita originalmente para cinco cantantes solistas (dos sopranos, alto, tenor y bajo) y un conjunto instrumental con violines, violas y bajo continuo, configurando una sonoridad cálida y expresiva. Todo ello hace que esta música, a pesar de su aparente sencillez, transmita una intensidad sorprendente que Cantoría ha convertido en una experiencia que trasciende el ámbito musical para convertirse en un momento de reflexión y emoción compartida. La pieza de Buxtehude no es teatral ni dramática como otras pasiones barrocas más conocidas, como las de Bach, pero tiene una fuerza emocional profunda, pausada e íntima que ha contrastado hoy con las Lecciones de Tinieblas de ayer de Vivancos. El compositor invita al oyente a entrar en un espacio de silencio y contemplación, donde la música parece suspirar más que gritar y Cantoría ha sido hoy la guía idónea para hacerlo realidad.