UN PROGRAMA DE GRAN VALOR EXPRESIVO

La doble sesión de hoy en la Edición de Pascua del Festival Perelada la ha abierto con una actuación formidable el violonchelista madrileño Pablo Ferrández, acompañado del pianista Luis del Valle, que han interpretado un programa compuesto por cuatro obras de características muy diferentes, algunas más conocidas que otras, pero que tienen en común un gran valor expresivo. Kol Nidrei, Op. 47 es la obra que ha abierto el programa y es una pieza del compositor del romanticismo alemán Max Bruch (1838-1920), escrita a finales del siglo XIX (1880) y basada en melodías judías tradicionales, que tiene un tono profundamente espiritual. Es una música que parece una plegaria –el título ya hace alusión a la plegaria homónima judía–, con un carácter recogido y solemne en que el violonchelo tiene un papel altamente expresivo. Ferrández, que toca con una sensibilidad y virtuosismo fuera de medida, ha parecido que hacía cantar al violonchelo con voz propia, mientras que Del Valle lo ha acompañado al piano con discreción, arropando casi la plegaria.
Acto seguido, el programa ha dado un salto atrás en el tiempo con la Sonata para violonchelo y piano núm. 3 de Beethoven (1770-1827). Esta pieza, escrita en un momento de madurez creativa del compositor a principios del siglo XIX (1809), combina vitalidad y equilibrio. Es una obra que se divide en tres movimientos y está llena de contrastes: momentos alegres y luminosos, pasajes más reflexivos y un final vivo y brillante. Se trata de una sonata muy rica y elaborada que ha hecho disfrutar al público presente en la iglesia del Carme, gracias sobre todo a la entrega de Ferrández en su interpretación, y que ha cerrado la primera parte del recital.
Después de la primera parte, el tono ha cambiado con la interpretación de Vocalise, de Serguéi Rajmáninov (1873-1943), una pieza muy evocadora que, a pesar de no disponer de texto, se caracteriza por su acentuada cantabilidad. Vocalise es la última obra de un ciclo de 14 canciones que el compositor ruso completó en 1915 y está dedicada a la cantante rusa Antonina Nezhdanova. Fue escrita originalmente para voz y piano, pero la versión para violonchelo permite que este instrumento exprese toda la dulzura y melancolía de la melodía. Ha sido la pieza que posiblemente más ha llegado al público gracias a la cautivadora interpretación que ha hecho Ferrández, acentuando el aire de sueño tardorromántico a que hace alusión el programa de mano, en un magnífico texto, el Dr. Paulino Capdepón (Catedrático de la Universidad de Castilla-La Mancha).
La pieza de Rajmáninov ha precedido al cierre del concierto con una de las grandes sonatas del repertorio para violonchelo: Sonata núm. 1 en mi menor de Johannes Brahms (1833-1897). Esta obra, de un carácter intenso y profundamente romántico, pide una gran compenetración entre los dos instrumentos, como se ha podido comprobar. El primer movimiento es serio y denso, con una melodía que va creciendo con fuerza. El segundo, más breve, es como una pequeña danza con un aire más ligero y el tercer movimiento recupera la tensión con un final enérgico que ha dejado los ánimos bien arriba, casi en una atmósfera de euforia. Los dos artistas han premiado los bises con una interpretación maravillosa de la pieza Widmung (Dedicatoria), Op. 25, núm. 1, una canción llena de emoción y ternura basada en un lied de Schubert que Robert Schumann dedicó a su amada Clara Wieck como regalo de bodas y que pertenece al ciclo de canciones Myrthen (Mirtos). En conjunto, el concierto ha sido una muestra continua de expresividad musical, que ha llevado al público de la alegría a la nostalgia, pasando por la pasión o la solemnidad, a través de la interpretación cercana y clara de Pablo Ferrández y Luis del Valle.
Mañana, Domingo de Resurrección, el festival presentará una de sus novedades, como es la programación de una matinal (11:30h), que en este caso protagonizarán la prestigiosa formación Il Pomo d’Oro, dirigida por Zefira Valova, con las solistas Mélissa Petit (soprano) y Ann Hallenberg (mezzosoprano). Este concierto cerrará la tercera Edición de Pascua del Festival Perelada.