EL SAVOIR-FAIRE DE BERNHEIM

EL SAVOIR-FAIRE DE BERNHEIM

El joven tenor ha debutado esta tarde en el Festival Castell de Peralada con un recital centrado en el repertorio francés.

 

 

 

Benjamin Bernheim ha iniciado una sólida carrera profesional que le ha llevado a conquistar al público más exigente de los mejores teatros de ópera europeos. Esta tarde, su técnica impecable y una voz llena de colores y elegancia ha llenado la iglesia del Carmen. Poseedor de una voz regulada con tan solo 35 años, ya es cantante en exclusiva del sello Deutsche Grammophon, con el que a finales de 2019. publicó su primer disco como solista con una selección de arias de ópera italiana, francesa y rusa, donde se evidencia que nos encontramos ante una voz de gran y largo recorrido.

 

En su presentación en el Festival Castell de Peralada, el tenor francosuizo ha puesto en el centro de su repertorio la ópera francesa, que defiende con la elegancia del sonido y la línea de canto. La velada comenzó con la melodía-cantataPoème de l’amour et la mer” de Ernest Chausson, seguida del aria de Macduff “O Figli, ¡o Figli miei! ... Ah, la paterna mano" de Macbeth de Verdi, papel que debutará en marzo de 2022 en la Opernhaus Zürich.

 

Bernheim ha continuado con I pastori de Ildebrando Pizzetti y el aria de Lenski "Kuda, Kuda" de Evgeni Onegin. El recital ha continuadocon el aria de Fausto del tercer acto, la famosa "Salud! Demeure chaste te pure", seguida por uno de los momentos más conocidos de Manon, el aria "En fermant les yeux", conocida como “Le rêve de Des Grieux”. Ha cerrado el programa el aria del segundo acto de Roméo et Juliette "Ah! Levante-toi soleil".

 

Heredero natural de los grandes tenores líricos de la historia, como Pavarotti o Alagna, Bernheim ha conquistado al público, 166 privilegiados, que han quedado encantados por la elegancia de su canto en cada una de sus interpretaciones.

 

Ya fuera de programa, el tenor francés ha interpretado el maravilloso lied Morgen! De Richard Strauss y el aria "Chanson de Kleinzach" de Les Contess d’Hoffmann. Punto final a una velada cuidada donde Bernheim ha hecho gala de savoir-faire su francés.