RENDIDOS AL TALENTO DE DAVIDSEN

RENDIDOS AL TALENTO DE DAVIDSEN

La iglesia del Carme se ha llenado para escuchar una de las voces wagnerianas más valoradas de la actualidad, que ha protagonizado un recital lírico largamente aplaudido. En la primera parte predominó un repertorio alemán y en la segunda el italiano. La noruega ha terminado el concierto regalando una excelente interpretación de Vissi d'arte, el aria de la soprano del segundo acto de la ópera Tosca de Puccini i de Letzter Frühling del compositor noruego Edvard Greig, que ha levantado a o el público de la butaca.

 

Peralada, 4 de agosto de 2022

Lise Davidsen ha protagonizado esta tarde un recital lírico de primer orden en una iglesia del Carmen llena para escuchar una de las voces wagnerianas más valoradas de la actualidad, pero todavía poco conocida en nuestro país. Para este recital reprogramado de la pasada edición, cuando tuvo que suspenderse debido a la crisis sanitaria, la noruega ha escogido un programa con un marcado protagonismo por el repertorio alemán en la primera parte, y por el repertorio italiano en la segunda.

La cantante escandinava –acompañada al piano de Sophie Raynaud– ha proyectado su voz, de gran frescura y brillo, para mostrar su gran técnica y la veracidad de sus interpretaciones gracias a la fidelidad al texto y su sentido narrativo. Entre su repertorio alemán el público ha podido disfrutar de Wagner, Brahms y Strauss, y en el italiano la cantante de ópera interpretó escenas de Macbeth y Otello.

El concierto, con una duración total de más de una hora y media, ha comenzado con una sonora recibida por parte del público antes de cantar Dich teure Halle, del segundo acto de Tahnhäiser de Wagner, un aria que ha sido toda una declaración de intenciones anunciando "Te saludo de nuevo, querido salón de canto". Davidsen ha compartido con el público el enorme placer de actuar en Peralada con una enorme sonrisa y ha seguido con tres lieder de Brahms, que han permitido al público de Peralada descubrir la faceta más íntima y expresiva de la soprano, que ha creado un ambiente idílico lico para interpretar el aria del segundo acto de Der Freischütz, considerada la primera ópera romántica alemana importante, creada por Weber.

Estas primeras piezas han precedido a los temas dedicados a Strauss y a los lieder Zueignung, Op. 10 núm. 1, considerado uno de los mejores creados por el reconocido compositor austríaco, así como el regalo de boda que el compositor hizo a su mujer –y también soprano– Pauline de Ahna, titulado Ruhe, meine Seele, Op. 27 núm 1, una obra que ha permitido a Davidsen mostrar su vertiente más trágica, para acabar devolviendo a una de las creaciones más bellas de Strauss, el lied Morgen! Op. 27 núm 4. Antes de la pausa, la soprano se ha lucido con Du bist der Lenz de la ópera Die Walküre (La Valquiria).

Para iniciar el turno del repertorio italiano Davidsen ha escogido a Vieni te affretta de Macbeth, pieza por la que Verdi pidió una cantante fea, con una voz desagradable y agresiva, con la capacidad de expresar las oscuras intenciones de Lady Macbeth, un personaje que para interpretarlo es necesario hacer creíble el reclamo la ambición a su marido, al precio que sea, para que se convierta en rey de Escocia.

Reivindicando sus raíces, el artista también ha incluido en el programa una composición de Edvard Greig, un símbolo para la identidad cultural de los noruegos. Para ello se han interpretado cuatro piezas, Gruss, Zur Rosenzeit, Ein Traum y Ved Rondare. En medio del repertorio italiano no podía faltar el Ave Maria de Otello, obra de Verdi, que ha precedido a una de las arias de la ópera Csárdsfürstin (La princesa gitana) titulada Heia, heia in dem Bergen y una de las obras más exitosas de Kálmán. El último salto musical de la noche lo ha protagonizado George Gershwin con la pieza Summertime, popularizada en el mundo del jazz pero que tiene su origen en la ópera Porgy and Bess.

La noruega ha terminado el concierto regalando una excelente interpretación de Vissi d'arte, el aria de la soprano del segundo acto de la ópera Tosca de Puccini y Letzter Frühling, del compositor noruego Edvard Grieg, ambas actuaciones recibidas con muchos aplausos, bravos y ovaciones con el público en pie.